Nacido en la Ciudad de México el 19 de julio de 1966, el hijo del legendario Blue Demon porta la máscara y la capa de su padre desde su debut profesional el 11 de julio de 1985. En aquella ocasión tan especial estuvo al lado de su padre y de Villano III para enfrentar a Perro Aguayo, Fishman y Kung Fu. El lugar? Tijuana, Baja California Norte (México).
Y es que mantener el nombre de un personaje que se ha convertido en uno de los iconos de la cultura popular mexicana, no ha sido fácil. “Mantener un nombre que ya estaba hecho y mantenerlo al nivel de lo que era y en el gusto de la gente es un trabajo doble. He hecho una carrera para mantener el nombre y defender la máscara. Muchos siguieron a mi padre y sigo tratando de mantener a ese público que lo quiere y admira”, comenta "El hijo del manotas".
La historia del heredero del luchador más famoso (junto al Santo) y más emblemático del ring, Blue Demon, es especial. El inolvidable Demonio Azul dejó encargado su personaje a su hijo, pero éste no es biológico, sino que es adoptado, algo que los aficionados conservadores no vieron con buenos ojos pues argumentaban que “no lo traía en la sangre”, por lo que dudaban fuera capaz de llevar el peso de un personaje conocido a nivel mundial, con lo que comenzaron las comparaciones.
“No es ninguna mentira, a mí me adoptaron a los seis meses de edad, lamentablemente han tratado de utilizar esa información como una especie de segregación, pero yo considero que todos los hijos adoptivos somos, a veces, más hijos que los verdaderos.
Es molesta la comparación, al principio porque te marcaban el calificativo de ‘no es el hijo de’, pero a qué le puedes llamar hijo, si adoptas a un niño de seis meses y vives con él toda tu vida, no creo que no le llames hijo, no creo que no lo quieras, por lo que creo que en ese momento el público era el menos calificado para decir si era su hijo o no. Hicieron comparaciones de todo tipo, desde la estatura, el color de los ojos, así como las clásicas de ‘segundas partes no son buenas’”.
En su juventud, no le pasó por la cabeza ser el continuador de la leyenda, pero con el paso del tiempo, sintió que tenía el deber de ponerse la máscara.
“Mi papá me inculcó el deporte, como el karate. Nadé, hice alpinismo, judo, kung fu, jugué futbol americano… Fue hasta entonces que, como todo chamaco rebelde, me salí de mi casa, fue entonces que mis compañeros me estuvieron animando a que siguiera el legado, que me preparara. Un día les hice caso, platiqué con mi papá, él aceptó con la condición de que me regresara a la casa, que terminara de estudiar y que hasta entonces podría ser luchador profesional”.
Fue entonces que comenzó a prepararse ya específicamente en el deporte-espectáculo y lo combinó con los estudios, terminando la carrera de Licenciado en Sistemas Computacionales y Administrativas, además empezó a luchar a escondidas; al enterarse de esto, la Leyenda Azul (como también se le conoce a Blue Demon) inmediatamente tomó cartas en el asunto.
“Él lo dijo todo, yo nunca lo pedí, empecé luchando a escondidas de él, como Blue Kid y dijo que no, que sería Blue Demon y me ordenó que me quitara ese nombre. Es en ese momento en que él toma la decisión, yo nunca lo sugerí, es más, nunca me imaginé que me fuera a dejar el nombre de Blue Demon”.
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