"No te imaginas el cariño que la gente le tiene a uno en el momento que saben que uno es luchador, no importa que seas rudo eres bien recibido en todos lados; se siente bien bonito.
Yo antes no lo sentía al cien por ciento porque al ser enmascarado tenía una doble vida y debía guardar esa incógnita, tenía que ser celoso de mi misterio".
A partir de que el luchador de otro nivel perdió su incógnita en una lucha de apuestas ante Atlantis, empezó a ser conocido, admirado y respetado arriba y abajo del ring.
Desde entonces ya ha podido saborear completamente las mieles de los descuentos, le han evitado multas, en retenes le abren paso, en casetas si le falla un faro del auto lo dejan ir, etc.
Son los privilegios, los regalos que da la afición a las figuras reconocidas de la lucha libre mexicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario